12.09.2008

Intervenciones acto PDD i SiP fin recogida firmas apra tener competencia para convocar referendums

A continuación teneis una recopilación en vídeo de diferentes intervenciones del acto organitzado por la Plataforma pel Dret de Decidir(PDD) i Sobirania i Progrés(SiP), de fin de recogida firmas para reclamar la competencia de convocar referendums el Parlament català, delante del Parlament de Catalunya:

Adherits a acte PDD i SiP:




Manifiesto de la Plataforma pel Dret de decidir(PDD) y Sobirania i Progrés:



Parlamento del filosofo Josep Maria Terricabras:



Parlamento de Elisenda Paluzie,miembro de SiP:


Parlamento de Èric Bertran:



Intervención representante de las tierras del Ebro:




Intervención representante del Campo de Tarragona:




Intervención actriz nord-americana:


Intervención representante de Tàrrega:



Sonido de grallas y músicos acto:

¿Qué són los Països Catalans?

Països Catalans 
1. ¿QUE SON LOS PAÏSOS CATALANS? 
Los Països Catalans somos una pequeña nación europea y mediterránea, no reconocida oficialmente pero que lucha por su autodeterminación así como por la de todos los pueblos. Los catalanes compartimos una misma lengua (el català), cultura e historia, diferentes de las de los pueblos vecinos pero, también, estrechamente ligada a la ribera mediterránea. 
Los Països Catalans se encuentran situados en el oeste del Mar Mediterráneo, en la franja litoral de la Península Ibérica bañada por este mar. El pueblo catalán cuenta actualmente con una población de 11.857.201 habitantes, que están distribuidos en una superficie de 69.822'93 Km2. 

Como sucede con otras naciones de Europa y del mundo, las fronteras oficiales de los Estados no se corresponden con los territorios nacionales de los pueblos. Este es el caso de los Països Catalans. Somos una pequeña nación dividida entre Andorra, el Estado español (con el mayor porcentaje de territorio) y el Estado francés. Junto al territorio continental, se encuentran también territorios insulares ocupados hoy en día por el Estado español: las Illes Balears i Pitiüses. 
Esta división entre diferentes estados impide la cohesión territorial y política de los Països Catalans, con la consiguiente desestructuración cultural, económica y nacional. A esta división entre los estados español, francés y andorrano se suma la división administrativa que cada uno de ellos impone sobre los territorios que domina, multiplicando los efectos de desconexión entre todos los territorios catalanes. A una nación sojuzgada, pues, hemos de añadir el hecho de ser un pueblo dividido por los estados ocupantes. 
2. TERRITORIALIDAD
Los diferentes territorios que forman parte de los Països Catalans son los siguientes: 

1. Catalunya Nord Actualmente es la zona de los Països Catalans que se encuentra bajo administración francesa, con una población de 363.558 habitantes. Su capital es Perpinyà, 
2. Andorra El único territorio catalán independiente, Andorra es un pequeño estado enclavado en los Pirineos, que cuenta con una población de 59.048 habitantes. 
Dentro del estado español encontramos: 
3. Principat de Catalunya Es conocido también como Catalunya Central, y oficialmente como Comunidad Autónoma de Catalunya; el Principat es por población, extensión, desarrollo económico, pujanza cultural y conciencia nacional, el más importante de los territorios catalanes. Su capital es Barcelona, y tiene 6.115.479 habitantes. 
4. Franja de Ponent Situada dentro de la Comunidad Autónoma de Aragón, la Franja de Ponent es un pequeño territorio con capital en Fraga de poco más de 50.000 habitantes. 
5. País Valencià Junto con la Catalunya del Nord, por su condición de frontera es uno de los territorios que mayor represión ha sufrido para hacer borrar su catalanidad. Es, además, la única zona de los Països Catalans con territorio de lengua castellana, como veremos más adelante. Su capital es Valencia, y tiene 3.923.841 habitantes. 
6. Illes Balears i Pitiüses Formadas por las islas de Mallorca y Menorca (Balears) y Eivissa y Formentera (Pitiüses), suponen en conjunto una población de 745.944 habitantes. 
7. L'Alguer Aunque estrictamente esta pequeña ciudad situada en el noroeste de la isla de Cerdeña no forme parte de las reivindicaciones políticas respecto a los Països Catalans, todavía hoy vive una importante población de origen catalán (fruto de colonizaciones medievales) que, después de seis siglos, conserva la lengua catalana. 
Los diferentes territorios catalanes se encuentran hoy en día con una diversidad jurídica que profundiza aún más la desmembración territorial pero, sobretodo, la capacidad para actuar mínimamente como ente unitario. Así, la diversidad administrativa se expresa de la siguiente manera: 
Catalunya Nord: situada, como hemos señalado, dentro del estado francés, no tiene reconocimiento territorial y está adscrita a la amplia región del Languedoc-Rousillon, con unas mínimas competencias regionales. 
Andorra: como hemos dicho anteriormente, es un estado independiente. 
Franja de Ponent: sin reconocimiento territorial, sus comarcas están enclavadas en la Comunidad Autónoma de Aragón. 
Principat de Catalunya, País Valencià, Illes Balears i Pitiüses: administrativamente, forman tres comunidades autónomas, con una serie de competencias y gestión propia (sanidad, educación, etc) 
La organización territorial, pues, supone un conflicto más entre los estados español y francés y el pueblo catalán. A la reivindicación de los territorios históricos y su confederación dentro de los Països Catalans se opone la visión centralista y desintegradora del Reino de España y la República francesa. La cohesión de nuestro territorio está tremendamente desequilibrada con este modelo, que no nos permite una relación fluida y oficial de cooperación y visión conjunta de nuestros problemas y necesidades. 
Junto a la división tradicional del territorio catalán en seis zonas, como hemos visto (siete con la ciudad sarda de l'Alguer), los Països Catalans viven una segunda ordenación territorial: son las comarcas, pequeñas regiones basadas fundamentalmente en criterios locales, de vecindad y geográficos, que permiten una relación fluida y cercana entre sus habitantes. Las diferentes comarcas catalanas son las siguientes: 

3. EL CATALÁN 

--------------------------------------------------

Los Països Catalans poseen una lengua propia: el català. De la familia indoeuropea, la lengua catalana tiene su origen en el latín, al igual que otras lenguas románicas con las que comparte características: francés, castellano, portugués, italiano, etc. Actualmente, es la lengua usada por cerca del 60% de los habitantes de los Països Catalans (unos 7 millones de personas), aunque como veremos más adelante con bastantes diferencias geográficas y de niveles de uso.
Los primeros hablantes de la variedad latina que pasaría a ser catalán se sitúan entre el siglo V y VIII en la zona entre el Rosselló (Catalunya Nord) y norte de Tortosa (Baix Ebre). La extensión del catalán se produce durante siglos y debido a políticas de alianzas entre condados medievales y a conquistas. Como resultado de todo esto la lengua catalana se extiende por un territorio más amplio que aquel en el que nació. El texto más antiguo escrito en catalán es del año 1171. 
Actualmente el catalán es oficial en casi todo el territorio de los Països Catalans, aunque sus niveles de conocimiento y uso, así como de intervención institucional no son uniformes fruto de la división territorial antes mencionada. No se reconoce la oficialidad en la Franja de Ponent ni en la Catalunya Nord, motivo por el cual el catalán se encuentra con muchas dificultades para poder desarrollarse como lengua de uso cotidiano. 
Las políticas de los estados español y francés son las de reprimir el uso y la enseñanza del catalán. Hoy en día, es uno de los símbolos de la existencia de nuestra nación y, sobretodo, el elemento que nos une como pueblo. Así pues, su sustitución por el castellano o el francés o su folklorización constituyen uno de los pilares sobre los que confrontar la existencia misma del pueblo catalán. 
Conocimiento del catalán en los diferentes territorios: 
---- Principat de 
Catalunya Catalunya
Nord Franja de 
Ponent País 
Valencià Illes 
Balears i
Pitiüses Països 
Catalans 
Cantidad de hablantes 4.155.000 260.000 48.000 2.000.000 493.250 6.986.250 
Porcentaje sobre la población 67'9% 71% 95% 50% 66'3% 58'3% 

Existen diferencias dialectales en el catalán. Estas variedades dialectales afectan fundamentalmente a los verbos en las terminaciones de las conjugaciones y a una pequeña parte del léxico. Ésta diversidad y riqueza dialectal ha promovido entre sectores conservadores y españolistas un cierto secesionismo lingüístico (sobretodo en el País Valencià) que niega la unidad de la lengua catalana, con el único objectivo de debilitar su uso y sustituirla por el castellano.
Lingüística y científicamente el catalán es una lengua unitaria que comprende las variedades dialectales que se reflejan en el mapa siguiente y que ya hemos comentado. El entendimiento entre los hablantes de cualquier variedad dialectal catalana es total y en cualquier caso las dificultades serian debidas al aislamiento que provoca la falta de comunicación ya sea por motivos físicos o por falta de medios para ello: radio, prensa, televisión, cine, escuelas, enseñanzas superiores... ; ya se encargan los gobiernos sucesivos de evitar cualquier fomento de este tipo.
Las variantes dialectales del catalán: 

La castellanización de la lengua catalana y de la sociedad de los Països Catalans es un problema y un hecho constante debido a periodos de total prohibición de su uso público y debido a la poca valoración que desde casi todos los ámbitos sociales actuales se producen hacia la lengua y sus hablantes. Esto hace que el catalán pase a ser socialmente una lengua de segunda categoría y como no también las personas que la hablan. 
Puede decirse que la castellanización comienza en los siglos XIII y XIV en el ámbito de la literatura y ya a finales del siglo XV cuando se produce la unión de Castilla y Aragón. La lengua castellana fue ocupando progresivamente funciones formales y se va extendiendo como lengua oficial y de cultura. A principios del siglo XVIII, momento de la conquista y anexión a los estados español y francés de los Països Catalans, fue prohibido el uso público del catalán; aún así, las clases populares mantuvieron la lealtad a su lengua.
A partir ya del siglo XIX el catalán empieza a reivindicarse y hay un renacimiento literario importante. Esto produce más adelante y durante todo el siglo XX reivindicaciones políticas. 
Por último, con la victoria militar del fascista Francisco Franco en 1939 y sus cuarenta años de dictadura se produce un periodo importante de castellanización e intento de sustitución lingüística y cultural: el catalán vuelve a ser prohibido y perseguida cualquier manifestación pública de su uso. Así mismo, durante los años 1960-1970 hay una gran afluencia de inmigración castellana a los Països Catalans, con la consiguiente dificultad en su aprendizaje del catalán. 
A partir de 1975, con el fin de la dictadura franquista, el catalán pasa a ser oficial en algunos territorios pero no obligatorio ya que es el castellano la única lengua oficial obligatoria en todo el Estado español. La recuperación lingüística desde entonces ha supuesto una lucha y un continuo esfuerzo ya que las facilidades desde los estados español y francés son nulas o mínimas, cuando no obstaculizadoras. 
4. LA BANDERA CATALANA
La bandera catalana, conocida como senyera o quatribarrada, está formada por cuatro barras rojas sobre un fondo amarillo. Está documentada desde el año 1082 como una señal de linaje, pero el país, poco a poco, la hizo suya: en un principio eran los emblemas del Casal de Barcelona, pero el rey Pere el Cerimoniós ordenó más tarde que fuesen exclusivas de la Casa Real. Fueron muy pronto tomadas como propias por el Principat y por los Reinos de València y Mallorca. En el siglo XVIII la senyera ya era asumida por los catalanes como la bandera del pueblo. Después de la derrota del 11 de septiembre de 1714, el rey borbón Felipe V limitó su uso y no dejó utilitzarla en ningún organismo de los Països Catalans.
Dentro del legendario catalán, se atribuye la creación de la senyera a Guifré el Pilós. Éste, después de una batalla en la que quedó herido de muerte, estampó sus cuatro dedos manchados de sangre sobre una bandera amarilla. He aquí, pues, el origen mitológico de la senyera catalana. 
Es a inicios del siglo veinte, cuando los movimientos independentistas catalanes van poco a poco consolidándose, que aparece la primera bandera independentista catalana: la primera referencia conocida es de 1903 o del 1904 en la sede social del centro catalanista de Santiago de Cuba. El diseño se inspira en la bandera de Cuba; en uno de los extremos se coloca un triángulo azul (símbolo de la libertad, igualdad y fraternidad) y sobre él, la estrella blanca. Nombrada inicialmente "bandera del estado catalán", ondeó por primera vez el 1918 a raíz de una campaña iniciada ante la sociedad de naciones. El gobierno catalán exiliado en Cuba la adoptó como bandera de la república catalana en 1928. 
La bandera independentista con el triángulo azul fue utilizada por los catalanes que lucharon contra Franco en la Guerra Civil española, así como por las organizaciones que tuvieron que marchar al exilio. Durante los años sesenta se reaviva la oposición a Franco y nacen, al calor de las luchas anticoloniales de inspiración marxista, nuevos grupos que desde el interior de los Països Catalans luchan contra Franco y por la independencia de las tierras catalanas. Ésta nueva hornada de luchadores, desvinculados tanto política (marxismo frente a socialdemocracia y centrismo) como territorialmente (interior frente a exterior-exilio) de los dirigentes catalanistas en el exilio, crea una nueva bandera de lucha: la senyera estelada. Creada por el Front Nacional de Catalunya en 1968 y también por Esquerra Catalana dels Treballadors, elimina el triángulo azul y la estrella pasa a ser roja, símbolo de las luchas obreras de todo el mundo. Actualmente, la senyera estelada es utilizada como bandera de lucha por todos los grupos independentistas y revolucionarios de los Països Catalans. 

Senyera quatribarrada, la bandera oficial de los Països catalans. 
Bandera independentista con el triángulo azul. 
Senyera estelada, con estrella roja, utilizada por el movimineto independentista y revolucionario 

5. HIMNOS DE LOS PAÏSOS CATALANS
Actualmente, la división territorial impuesta por los estados español y francés ha impedido que todos los territorios catalanes se reconozcan a través de un único himno. Así mismo, la diversidad territorial de los Països Catalans, su devenir histórico y su rica cultura popular ha hecho que arraiguen tres himnos nacionales, dependiendo del territorio. Así, en el Principat de Catalunya el himno del pueblo trabajador es Els Segadors, canción popular que se remonta al siglo XVII, concretamente a una revuelta campesina contra la monarquía española iniciada en 1640. En la isla de Mallorca el movimiento independentista catalán se reconoce en Sa Balanguera, creada en el siglo XIX tomando como base la cultura popular. Finalmente, en el País Valencia, la canción de lucha es La Muixeranga, tonada popular interpretada por dulzaina y tambor, sin letra, y que se interpreta al mismo tiempo que se levantan castillos humanos. 
ELS SEGADORS
Catalunya triomfant,
tornarà a ser rica i plena
Endarrera aquesta gent
tan ufana i tan superbaBon cop de falç!
Bon cop de falç,
defensors de la terra!
Bon cop de falç!Ara és hora, segadors!
Ara és hora, d'estar alerta!
Per quan vingui un altre juny
esmolem ben bé les eines!Bon cop de falç!
Bon cop de falç,
defensors de la terra!
Bon cop de falç!Que tremoli l'enemic,
en veient la nostra ensenya
Com fem caure espigues d'or,
quan convé seguem cadenes!Bon cop de falç!
Bon cop de falç,
defensors de la terra!
on cop de falç! SA BALANGUERA 

La Balanguera misteriosa 
com una aranya d'art súbtil, 
buida que buida sa filosa, 
de nostra vida treu el fil. 
Com una parca bé cavil·la 
teixint la tela per demà: 
la Balanguera fila, fila, 
la Balanguera filarà.Girant l'ullanda cap enrera 
guaita les ombres de l'avior... 
i de la nova primavera 
sap on s'amaga la llavor. 
Sap que la soca més enfila 
com més endins sap arrelar; 
la Balanguera fila, fila 
la Balanguera filarà. Quan la parella ve de noces, 
ja veu i compta sos minyons 
i com davallen a les fosses 
els que ara viuen d'il·lusions, 
els qui a la plaça de la vila 
surten a riure i a cantar; 
la Balanguera fila, fila 
la Balanguera filarà. 

Bellugant l'espi, el fil cabdella 
i de la pàtria la visió 
fa bategar son cor de vella 
sota la sarja del gipó. 
Dins la profunda nit tranquil·la 
destria l'auba que vindrà 
la Balanguera fila, fila 
la Balanguera filarà. De tradicions i esperances 
tix la senyera pel jovent, 
com qui fa un vel de nuviances 
amb cabelleres d'or i argent. 
de la infantesa que s'enfila, 
de la vellúria que s'en va: 
la Balanguera fila, fila 
la Balanguera filarà. 

6. ESTRUCTURA ECONÓMICA DE LOS PAÏSOS CATALANS 
--------------------------------------------------

La principal actividad económica de los Països Catalans es, hoy en dia, el turismo; supone no sólo la mayor parte de los ingresos sino, lógicamente, el sector que directa e indirectamente ocupa a más trabajadores y trabajadoras a lo largo del territorio catalán. Ésta quasi exclusividad económica planificada por grandes empresas (tanto hoteleras como constructoras) ha provocado un grave perjuicio ambiental: la mayor parte de la costa, entre Perpinyà (Catalunya Nord) y Guardamar (sur del País Valencià) está construida, siendo pocas las zonas vírgenes y sin edificaciones. Exactamente igual ocurre en las islas Balears y Pitiüses, donde si cabe éste proceso edificador se ha visto multiplicado. Así mismo, en los últimos tiempos se ha visto un proceso urbanizador en las comarcas del interior, sobretodo en las zonas pirenaicas alrededor de la construcción de grandes complejos relacionados con el esquí.
Mientras las élites apuestan por una economia de sol y playa, los recursos mediambientales escasean (fundamentalmente el agua potable) y se destruyen la mayoría de los parajes naturales de los Països Catalans. Al mismo tiempo, esta actividad económica centrada en el turismo produce una gran estacionalidad laboral y precariedad en el empleo.
Así pues, la enorme preponderancia del turismo y del sector terciario ha relegado a la agricultura tradicional casi a la desaparición. Las directrices restrictivas de la Unión Europea, la falta de ayuda institucional, la competencia exterior y la implantación de grandes superficies de distribución y venta que controlan los precios han provocado que los sectores agrícola y ganadero se encuentren en retroceso y camino de la desaparición. 
A un sector primario en trance de desaparecer se le suma una Industria en grave crisis. Si bien los Països Catalans fueron las primeras zonas del estado español en industrializarse allá por el siglo XIX (Barcelona, Reus, Sagunt, Alcoi...), unos focos que perduraron hasta entrado el siglo XX y que dieron origen a un poderoso movimiento obrero, lo cierto es que a inicios del siglo XXI los Països Catalans viven la que parece su última crisis. La industria textil, química, petroquímica y de transformación (calzado, mueble, etc) que superó el desmantelamiento de los años ochenta se enfrenta hoy en día al fenómeno de la deslocalización. En efecto, numerosas empresas instaladas en los Països Catalans han trasladado en los últimos años sus factorías a países del Tercer Mundo, en busca de un mayor beneficio empresarial a costa de reducir los costes laborales (es decir, explotando al máximo a los trabajadores y trabajadoras de esos países). 
En conclusión, la terciarización de la economia catalana está produciendo graves efectos, no sólo por la pérdida en la diversificación productiva, sino también por la elevada temporalidad y precariedad, así como por la acumulación de trabajadores desocupados, entre un 8% y un 20%, dependiendo de los ciclos, temporadas, sexo y edad. 
7. BREVE INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LOS PAÏSOS CATALANS

A. La formación. De la Marca Hispánica a los "Comtats"
Las tierras que hoy forman los Països Catalans han visto el paso a lo largo de la historia de diferentes civilizaciones e imperios mediterráneos: griegos, fenicios, cartagineses, iberos, romanos, bizantinos, musulmanes, configurando un substrato étnico, cultural y lingüístico que tomará forma a partir del siglo VIII, momento en el cual comienza a constituirse lo que entendemos por nación catalana. En estos primeros momentos, la diversidad cultural y política de los Països Catalans era importante. La mayor parte del territorio formaba parte de las diferentes estructuras políticas musulmanas (emirato de Bagdad, emirato independiente de Córdoba, reinos de Taifas...), nacidas de la conquista iniciada en el 711 por el ejército árabe. La presencia musulmana en los Països Catalans, sobretodo en el sur, ha sido muy significativa, no sólo por su prolongada presencia (en algunas zonas hasta el siglo XIV, manteniendo población hasta inicios del siglo XVII, en que son expulsados), sino sobretodo por sus aportaciones culturales, sociales y económicas. 
Al mismo tiempo que se desarrollaba en la mayor parte del país la civilización de Al-Andalus, en el norte, a caballo de los Pirineos, los cristianos inician la conquista de las tierras musulmanas, comenzando a gestarse la primera estructura feudal de los Països Catalans: la Marca Hispánica, provincia de frontera, defensiva, entre el imperio franco de Carlomagno y las zonas musulmanas. Ésta Marca Hispánica adopta la estructura social franca, una clase dominante, conformada por la nobleza (condes, marqueses, vizcondes, barones, caballeros...) que no trabajaba, que vivía de las rentas de las tierras cultivadas por los campesinos y del pillaje de las guerras. Éstos señores feudales catalanes, lucharán durante los siglos VIII y IX por que el emperador franco les conceda el gobierno de los feudos, cosa que conseguirá el conde Guifré "el Pilós" a inicios del siglo X, iniciándose por tanto una independencia política respecto a los monarcas francos que culminará el conde Borrell II unos años después.
Si en el norte de los Països Catalans se inician las primeras estructuras políticas independientes, y poco a poco la lengua catalana va desarrollándose de manera diferenciada del latín vulgar, en el sur se vive una época de gran florecimiento cultural y económico al abrigo de los reinos de taifas musulmanes. En efecto, la industria naval, la papelera, el textil, el cuero, la seda, los artículos de lujo, confieren a estos territorios una extraordinaria riqueza y, al mismo tiempo, unas intensas relaciones comerciales, culturales y diplomáticas.
B. La expansión medieval 
Es en el siglo XIII cuando, de manos del monarca Jaume I, se produce la gran expansión catalana. Imposibilitados de crecer hacia el norte, a causa de la derrota de Pere I en Muret, la clase dirigente catalana comienza la conquista de los territorios musulmanes del sur: tierras del Ebro, País Valencià y las islas Balears y Pitiüses. 
La burguesía aumentaba su fuerza económica, y Jaume I ve en ésta clase un aliado contra la conservadora nobleza feudal. Así, monarquía y burguesía se unen en una expansión territorial que producirá un crecimiento económico vinculado a la industria y al comercio, actividades monopolizadas por la burguesía. Jaume I concede, por su parte, diversos privilegios políticos a la burguesía: el Consell de Cent (órgano de gobierno municipal de Barcelona), el Consolat de Mar (normas jurídicas contractuales de los mercaderes marítimos), la organización gremial o los Furs (conjunto de normas y leyes de un territorio).
Aún así, la nobleza feudal ve en la expansión territorial hacia el sur una oportunidad de poseer nuevos feudos y vasallos, con lo cual participa también de la empresa de la Corona a pesar de las tensiones que intereses de una y otra clase provocan.
Es en este contexto, pues, que Jaume I conquista Mallorca el 1229, y el País Valencia entre 1232 y 1244, configurándose de manera definitiva el marco territorial de los Països Catalans y produciéndose una corriente migratoria desde el norte hasta las nuevas tierras del sur. Ahora bien, Jaume I no plantea un reino uniforme sino una confederación de todos los territorios sobre los que gobierna: la Corona d'Aragó, formada por el Principat de Catalunya, el reino de Valencia, el reino de Mallorca y el reino de Aragón.
C. La crisis de la Edad Moderna 
El fin de la dinastía catalana llega el 1410 con la muerte de Martí l'Humà. A partir de entonces, una serie de dinastías extranjeras (Trastámara, Habsburgos, Borbones) se sucederán en el gobierno de nuestras tierras y se iniciará un lento proceso de decadencia (económica, política, cultural) que culminará con la anexión al reino de España, y que no está exento de episodios de resistencia y de revueltas populares.
Si bien durante el siglo XV la mayor parte de los Països Catalans conserva un cierto dinamismo económico, orientado a los intercambios comerciales en el Mediterráneo, empiezan a manifestarse los síntomas de una crisis que explotará en el siglo siguiente. La burguesía comienza a equipararse con la nobleza feudal, tanto en sus posiciones sociales como en sus inversiones económicas, encaminándose a la seguridad de las rentas rústicas. La monarquía se encamina hacia el absolutismo, dejando de lado la tradición pactista que había mantenido en los siglos anteriores. La nobleza, con la llegada de la dinastía castellana de los Trastámara, gira la cabeza hacia Castilla. Y las clases populares ven agravarse sus condiciones de vida por el endurecimiento de las estructuras agrarias feudales y las crisis generales en el campo.
Es en esta situación de crisis que durante toda la Edad Moderna se sucederán continuas revueltas y protestas por parte de las clases populares, relacionadas con la presencia en territorio catalán de ejércitos extranjeros, el pago de impuestos abusivos o la reclamación de la soberanía perdida.
Las revueltas de las "Germanies", que tuvieron lugar en València y Mallorca entre 1519 y 1523, simbolizan los intentos por imponer un régimen de libertades populares frente al pactismo de la gran burguesía, el neofeudalismo agrario y el absolutismo monárquico. La rebelión fracasó, las clases populares fueron duramente reprimidas y los intereses de la nobleza feudal y de la monarquía se impusieron. Junto a las revueltas de los agermanats, son recurrentes durante los siglos XV y XVII las revueltas de los "Remences", campesinos siervos que pertenecían a la tierra que trabajaban.
La crisis de la Edad Moderna y los intentos uniformizadores de la monarquía de los Habsburgo tienen su máxima expresión durante el siglo XVII, con la expulsión de los moriscos, el virreinato del Conde-Duque de Olivares y el estallido de la Guerra dels Segadors. Ésta guerra supone el primer intento por parte de la monarquía castellana de suprimir los elementos diferenciales de los Països Catalans, someter militarmente a la población e imponer políticas fiscales insostenibles. La presencia del ejército castellano en las tierras catalanas provocó una serie de revueltas populares y enfrentamientos, así como la intervención de tropas francesas. A pesar de que se consigue expulsar a las tropas mercenarias de la Corona de Castilla, Francia se apodera de las comarcas de la Catalunya Nord (Rosselló, Conflent, Vallespir y Alta Cerdanya) gracias al Tractat dels Pirineus, pacto entre Francia y España firmado el 1659, que inicia la fragmentación de las tierras catalanas y que fue duramente combatido por las clases populares norcatalanas durante los siglos XVII y XVIII.
La expulsión de los moriscos, efectuada en 1609, supuso un duro golpe a la economía y la sociedad de los Països Catalans, sobretodo en el País Valencià. Éstos moriscos eran los descendientes de la población musulmana que, con la conquista de Jaume I, no habían marchado a las tierras dominadas por el Islam y se habían quedado en los nuevos reinos cristianos. Marginados socialmente, suponían la mano de obra más numerosa en el campo, y la más cualificada, ya que dominaban los sistemas de irrigación que ellos mismos habían heredado y desarrollado. 
Bajo la premisa de la limpieza étnica y religiosa (y que previamente se había cobrado la expulsión de los judíos de la Península Ibérica, el 1492), en septiembre de 1609 la monarquía española concede tres días a todos los moriscos para que embarquen y marchen de la península. El 30% de la población del País Valencia dejó el país, y con ellos muchos pueblos quedaron despoblados y enormes extensiones de terreno sin cultivar.
D. La plena incorporación al proyecto imperialista español. La Guerra de Sucesión 
La Guerra de Sucesión (1705-1715) supone uno de los episodios más negros de la historia de los Països Catalans. Es a partir de este momento que los territorios que conformaban la antigua Corona de Aragón quedan incorporados al Reino de España, por aquel entonces una potencia mundial poseedora de enormes territorios en el continente americano que explota a sangre y fuego.
Muerto Carlos II sin descendencia, al reclamo de las coronas de los reinos peninsulares acuden dos pretendientes: Felipe de Anjou, de la casa francesa de los Borbones, y el Archiduque Carlos, de la casa austriaca de los Hasburgo. 
Las clases populares (conocidas como maulets) y la burguesía de los Països Catalans dan su apoyo al Archiduque Carlos de Austria, ya que éste defiende las leyes y los fueros de la Corona de Aragón, y se muestra partidario de abolir las cargas feudales, aliándose así con el campesinado. Por su parte, Felipe de Anjou, que representa el sistema centralista y absolutista, tiene sus bases de apoyo entre la nobleza, conocidos como botiflers.
El 25 de abril de 1707 tiene lugar la Batalla de Almansa. Las tropas austracistas son derrotadas y el ejército de Felipe de Borbón penetra en el País Valencià y desata duras represalias entre los partidarios del Archiduque: confiscaciones, asesinatos, saqueos y quema de ciudades. De ésta derrota y la cruel actuación borbónica quedará un dicho entre el pueblo catalán: quan el mal ve d'Almansa, a tots alcança. De manera progresiva, las tropas borbónicas invadirán el país, de norte a sur, llegando a las puertas de Barcelona el 1713, que opondrá una dura resistencia de 13 meses a la que seguirá, toda vez derrotados los sitiados, una sangrante represión.
Una vez acabada la guerra, Felipe de Anjou, ya Felipe V de Borbón (el primer rey de ésta monarquía que todavía hoy reina en el Estado español) promulga el Decreto de Nueva Planta, por el cual se abolen las instituciones propias de los Països Catalans, sus leyes, fueros, monedas, estructura territorial, etc. siendo sustituidas por las castellanas.
Se inicia pues, una época que significará la división territorial de los Països Catalans, la incorporación a la estructura política, jurídica y territorial española, la prohibición y persecución de la lengua y la cultura catalanas, y la imposición del español y el francés como instrumentos de sumisión de la población catalana. 
E. Los siglos XIX y XX y la formación del movimiento obrero catalán 
Durante los siglos XVIII y XIX se suceden episodios de regímenes absolutistas y periodos liberales, en un contexto en el que es cada vez más creciente la presencia de las ideas de la Revolución Francesa entre la población catalana. 
A mediados del siglo XIX, coincidiendo con la industrialización, se inicia la transición demográfica hacia el régimen moderno, con una fuerte disminución de la mortalidad y grandes migraciones del campo a la ciudad. La industrialización, y la consiguiente lucha obrera, es muy temprana en el conjunto de los Països Catalans: Barcelona, Alcoi, Valencia, Girona...conforman los núcleos más importantes de desarrollo industrial y de organización obrera. El 1855 estalla una huelga general que demuestra que las clases populares, con la incipiente clase obrera, van adquiriendo conciencia de sus intereses. Es la respuesta a la dura carga sobre sus espaldas del proceso de industrialización que dará lugar, años más tarde, a la gran riqueza acumulada de la burguesía catalana.
La organización (donde tendrá una gran penetración las ideas anarquistas, primero a través de la I Internacional, y después con la central CNT, Confederación Nacional del Trabajo), las huelgas y la represión se suceden, con episodios tan conocidos como la Revolució del Petroli (Alcoi), la huelga de La Canadenca (Barcelona) y la mal llamada "Semana Trágica". Barcelona será conocida desde entonces como la "Rosa de Foc" por su combatividad obrera, llegando Friedrich Engels acalificar a Barcelona como la ciudad europea en la que se dan más luchas de barricadas.
Entre toda esta agitación obrera, se producen dos proclamaciones del "Estat català": el 1931 por parte de Francesc Macià (República Catalana) y el 1934 por parte de Lluís Companys. A pesar de su significación, su proclamación se limita únicamente al territorio del Principat de Catalunya.
La experiencia obrera, como ya hemos dicho de raíz anarcosindicalista en sus primeros tiempos, va forjando poco a poco un socialismo que plantea posicionamientos en clave de Països Catalans. Partidos como el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) inciden en el derecho de autodeterminación de los pueblos, aunque sin una praxis ni un discurso independentista. Es el Partit Català Proletari el primero que planteamientos socialistas y independentistas, aunque con unas limitaciones estratégicas y tácticas importantes.
Los años 20 y 30 suponen una época de experiencias, luchas y transformaciones. La revolución bolchevique impregna a las clases populares catalanas, y de éstas surgen nuevas publicaciones, organizaciones obreras, sindicatos, ateneos y casinos populares, escuelas, corales y coros de canto, agrupaciones excursionistas, grupos de mujeres, etcétera.
F. Guerra Civil, franquismo y Transición
La Guerra Civil, que se inicia el 18 de julio de 1936, significa para los Països Catalans una nueva derrota social y nacional. La burguesía española (terrateniente en Castilla y Andalucía, industrial en Catalunya y financiera en el País Vasco) y la iglesia católica auspician el "alzamiento" de Franco y otros generales contra la II República, vigente desde 1931. En el Principat de Catalunya y el País Valencia la legalidad republicana se mantuvo desde los primeros momentos de la revuelta fascista, pero en las islas Balears y Pitüses (a excepción de Menorca) triunfó el golpe de Franco.
Durante la Guerra Civil se inician algunas experiencias revolucionarias, como la colectivización de tierras y fábricas, que a pesar de ser parcial genera grandes enfrentamientos entre anarquistas y otros grupos, así como con los partidos pequeñoburgueses. Se plantea pues, la diferencia entre los que entienden que únicamente se ganará la guerra si también va acompañada de cambios revolucionarios (postura defendida por la CNT-FAI y por el POUM, entre otros), y los que creen que en primer lugar se había de constituir un bloque antifascista que permitiera ganar la guerra para después acometer los cambios sociales, económicos y políticos necesarios. Éstas diferencias provocarán graves conflictos dentro de la zona republicana, enfrentamientos armados, secuestros, desapariciones y depuraciones, como el caso de la persecución al POUM y del encarcelamiento (y muerte) de sus dirigentes.
Mientras la Alemania nazi de Hitler y la Italia fascista de Mussolini ofrecían ayuda militar y financiera a Franco, los países europeos negaron cualquier tipo de ayuda a la República, alegando el cumplimiento del Pacto de No Intervención, que el eje fascista ignoraba. Gracias a ésta ayuda Franco pudo bombardear continuamente las ciudades de los Països Catalans, asesinando a miles de civiles. Así, las tropas franquistas avanzaron por la Península Ibérica, entrado en Lleida el 3 de abril de 1938 y, finalmente, en Alacant el 31de marzo de 1939; era el fin de la guerra y el inicio de 40 años de dictadura fascista. 
La Guerra Civil supuso la muerte de miles de catalanes, el exilio, la desmembración del tejido asociativo, la desaparición de los cuadros políticos y sindicales del país, la represión de toda disidencia política, la persecución de la lengua y la cultura catalanas y su sustitución por la española, el auge del nacionalcatolicismo y de la preeminencia de la iglesia en la vida pública...hasta 300.000 personas fueron fusiladas una vez acabada la guerra.
El franquismo y sus cuarenta años de paz de cementerio llevarán al pueblo catalán a los límites de la desaparición y aniquilación nacionales. La lengua y la cultura fueron prohibidas y rebajadas al nivel de curiosidades locales, los recursos naturales gravemente explotados y expoliados, el territorio dividido, enfrentado y ocupado por el ejército.
A partir de la segunda mitad de los años 50 comienza un proceso de crecimiento económico y de desarrollo industrial y urbano ligado a una importante ola migratoria que transforma la sociedad catalana
El dictador, muerto en la cama el 20 de noviembre de 1975, delegó como sucesor suyo a Juan Carlos I, el actual jefe de Estado español. Éste rey inaugura el periodo actual de democracia liberal-burguesa, un periodo (conocido como Transición o Reforma) que no ha supuesto ninguna ruptura con el franquismo.
El Bloque de Clases Dominante consigue con el llamado "Proceso de Transición Democrática" mantenerse en el poder, haciendo las concesiones justas para poder transformar el viejo estado franquista en uno homologable a los estados liberales de la Europa comunitaria. Así es como la oposición política (sobretodo el Eurocomunismo) acepta un rey, un himno, unos símbolos, un marco territorial, ejército, policía, bandera y estructura jurídica heredados del franquismo. Así, el proceso de Reforma no deja de ser un cambio formal del estado fascista a una democracia burguesa, con el cual las clases dominantes españolas se dotan de un sistema político que las permite insertarse en las estructuras de poder occidental y, al mismo tiempo, desactivar las luchas populares que comenzaban a optar por opciones claramente rupturistas.
En los Països Catalans, las movilizaciones populares, que giraban alrededor del movimiento obrero, el movimiento vecinal, las reivindicaciones de autodeterminación y de amnistía para los presos y presas, fueron desactivadas cuando los principales partidos (PSOE, ERC, PSUC) pactaron con los restos del régimen franquista y optaron por abandonar las posiciones rupturistas y deshacer las principales plataformas de lucha del Principat, el País Valencia y las islas. Los llamados Pactos de la Moncloa seran la flecha envenenada para el movimiento obrero, mientras que los Estatutos de Autonomía irán destinados a desactivar la conciencia nacional que se había forjado en los Països Catalans alrededor de la reivindicación del derecho de autodeterminación y de la unidad de la nación catalana. Es en este marco que, el 1986, se firma la entrada del estado español en la Comunidad Económica Europea ((hoy Unión Europea) y se entra en la OTAN.