10.06.2008

Michael Moore. Carta a los ciudadanos de Estados Unidos

 
Michael Moore
Carta a los ciudadanos de Estados Unidos
www.michaelmoore.com

Los ciudadanos de Estados Unidos han comenzado a salir a las calles
para manifestar su descontento por el manejo de la crisis. El cartel
dice: Rescaten a la gente, no a los bancos 

Amigos. Déjenme ir al grano. Mientras ustedes leen estas líneas se
está llevando a cabo el robo más grande en la historia de este país.
Aunque no se están empleando armas, 300 millones de personas fueron
tomadas como rehenes. No nos equivoquemos: después de cinco años de
robarse medio trillón de dólares para llenar los bolsillos de sus
aliados que se enriquecen con la guerra, después de forrar con dinero
a los magnates petroleros con 100 mil millones de dólares en los
pasados dos años, Bush y sus secuaces –que pronto dejarán vacante la
Casa Blanca– están saqueando todos los dólares que se encuentran del
Tesoro de Estados Unidos. Están barriendo con todos los cubiertos de
plata que pueden mientras caminan rumbo a la puerta de salida.

No importa lo que digan, no importa cuántas palabras empleen para
asustarlos; están recurriendo a las viejas triquiñuelas para fomentar
el miedo y la confusión para mantenerse a sí mismos y a uno por ciento
de la población asquerosamente rica. Sólo basta leer los primeros
cuatro párrafos del reportaje principal del New York Times del pasado
lunes para conocer de qué se trata todo este asunto:

"Aunque los legisladores trabajaron en los detalles del rescate de la
industria financiera por 700 mil millones de dólares, Wall Street
volvió a buscar la manera de lucrar con el plan.

"Las firmas financieras cabildearon para lograr la cobertura de todas
las formas de inversiones problemáticas, no sólo las relacionadas con
las hipotecas.

"Al mismo tiempo, las firmas de inversión maniobraron para supervisar
todos los activos que el Tesoro planea eliminar de los registros de
las instituciones financieras, una actividad que podría generarles
cientos de millones de dólares al año en honorarios. Nadie quiere ser
excluido de la propuesta del Tesoro para la compra de los activos de
mala calidad."

Increíble. Wall Street y sus partidarios fueron los artífices de este
desorden y ahora pretenden limpiarlo como viles bandidos. Hasta Rudy
Giuliani está haciendo cabildeo con su consultoría para ser contratado
(recibir sueldo) y brindar asesoría en el rescate.

El problema es que nadie sabe en verdad a qué se debe este "colapso".
Aun el secretario del Tesoro, Paulson, admitió ignorar la cantidad
exacta que se requiere (¡se le ocurrió de la nada la cifra de 700 mil
millones!) El director de la oficina de presupuestos del Congreso
afirma que no podía entenderlo ni explicarlo.

No obstante, dicen histéricos que ¡el final está cerca! ¡Pánico! ¡Recesión!

¡La Gran Depresión! ¡Y2K! ¡La gripe aviar! ¡Abejas asesinas! ¡Debemos
aprobar la ley del rescate hoy mismo! ¡El cielo se está cayendo! ¡El
cielo se está cayendo!

¿Cayéndosele a quién? No hay NADA en este paquete de "rescate" que
baje el precio de la gasolina que debemos cargar en nuestros vehículos
para ir al trabajo. NADA en esta iniciativa nos protegerá de perder
nuestro hogar. NADA en esta iniciativa nos dará un seguro médico.

¿Seguro médico? Mike, ¿por qué hablas sobre ese tema? ¿Qué tiene que
ver con el colapso de Wall Street?

Tiene mucho que ver. El supuesto "colapso" fue desencadenado por la
moratoria y la pérdida de hogares de la gente con deudas hipotecarias.
¿Saben por qué tantos estadunidenses están perdiendo sus hogares? Los
republicanos explicarían que se debe a que muchos idiotas de la clase
trabajadora recibieron hipotecas que en realidad no podían pagar. Pero
la verdad es ésta: la razón número uno por la cual la gente se declara
en bancarrota es por el costo de sus cuentas médicas. Déjenme ponerlo
de forma más simple: si tuviéramos un sistema universal de salud, esta
crisis hipotecaria jamás habría sucedido.

El objetivo de este rescate es proteger la obscena acumulación de
riqueza que ha sido amasada en los ocho años anteriores. Es para
proteger a los accionistas que poseen y controlan a las corporaciones
en Estados Unidos. Es para asegurarse que sus yates y mansiones y su
"forma de vida" no sean interrumpidos mientras el resto de los
estadunidenses sufren y luchan para pagar las cuentas. Dejemos que los
ricos sufran al menos una vez. Que paguen el costo del rescate.
Estamos gastando 400 millones de dólares al día en la guerra de Irak.
¡Que acaben de una vez con la guerra y nos ahorraremos otro medio
trillón de dólares!

Están protagonizando un golpe de Estado financiero en contra de nuestro país.

Esperan que el Congreso actúe rápido para evitar que piensen, antes de
que tengamos la oportunidad de detenerlos. Así que dejen de leer esto
y hagan algo ¡YA! Pueden poner manos a la obra de manera inmediata:

1. Llamen o envíen un correo al senador Barack Obama. Díganle que no
necesita sentarse a ayudar a Bush y a Cheney y todo el desastre que
han provocado. Díganle que tiene la inteligencia para detener el ritmo
de los acontecimientos y encontrar cuál es el mejor camino a escoger.
Digámosle que los ricos deben pagar por la ayuda que se les
proporciona. Usemos la influencia que tenemos en estos momentos para
insistir en una moratoria a todos los embargos e insistir en adoptar
la cobertura universal de salud, y decirles que el pueblo necesita
tomar las riendas de las decisiones económicas que afectan nuestras
vidas, no a los barones de Wall Street.

2. Tomen las calles. Participen en cualquiera de las cientos de
manifestaciones espontáneas que están brotando en todo el país
(especialmente aquellas cerca de Wall Street y DC).

3. Llamen a sus representantes en el Congreso y en el Senado.
Cuéntenles lo que le dijeron al senador Obama.

Cuando uno se equivoca en la vida, los errores se pagan en el
infierno. Cada uno de ustedes que leen este texto, conocen esa lección
elemental y ha pagado las consecuencias de sus actos en algún punto de
su vida. En esta gran democracia no podemos permitir que exista un
conjunto de reglas para la mayoría de los ciudadanos trabajadores y
otras reglas para la elite, la cual, cuando se equivoca, recibe
regalos en bandeja de plata. ¡No puede ser! ¡No de nuevo!

Suyo, Michael Moore

http://www.jornada.unam.mx/2008/10/01/index.php?section=opinion&article=021a1pol